A primera vista encontramos una pequeña plaza de césped con un cartel de gres en el que hay escrito con relieve plateado “Les Lloses”, el nombre de la urbanización en la que vivo, rodeado de discretos focos que iluminan con un cálido tono dorado el cartel de forma permanente. La plaza se encuentra respaldada por un gran bloque de ladrillo rojizo, que extiende en ambos lados dos puertas de acero inoxidable de forma rectangular uniforme. La puerta de la derecha es la puerta de salida de los vehículos, y la puerta de la izquierda la de la entrada, discretamente siguiendo la línea estética hay una pequeña puerta peatonal, coronada una farola dorada para que haya una mejor visualización.
Cuando entras, hay una sencilla carretera de asfalto, en la que han creado un pequeño bache que prácticamente no se percibe para moderar la velocidad de los vehículos, ya que a pesar de ser una carretera de asfalto con aceras a los lados se considera una zona peatonal. Esta carretera permite girar a la derecha y a la izquierda, ya que en ambos lados hay casas. Enfrente de las puertas descritas anteriormente, nos encontramos con la casa del vigilante o portero, que tiene al lado un casetón de vidrio transparente, donde se encuentran todos los monitores de las cámaras de vigilancia, y donde pasa el vigilante la mayor parte del día controlando la entrada y salida de las personas en la urbanización.
Si vamos por la izquierda de la carretera, nos encontramos varios jardines de césped verde, de gran amplitud, en varios de ellos podemos ver alguna piscina, con varias tumbonas de piedra oscura para descansar o tomar el sol en verano. En el otro extremo, jardines con distintas zonas de flores varias, y algún que otro árbol. En el centro, separando los dos jardines principales, encontramos una rotonda elevada de césped con un olivo encima.
En frente, un camino de piedras en el suelo rodeado de lavanda conduce a mi casa. Ese jardín es de gran amplitud, en el que hay un llorón encuadrado por unos pequeños bloques de madera oscura barnizada. Cuando termina ese paseo de piedras, encontramos a nuestros pies un suelo más consistente de cerámica oscura, de un tono grisáceo, de unos 7 metros de largo, que hacen de corredor hasta llegar a tres escaleras que abren paso a una gran puerta blanca coronada por dos discretas farolas que iluminan la entrada de mi casa. A ambos lados de la puerta, dos Boj grandes en forma de bola, cada uno dentro de una maceta de forma cuadrada de color salmón mate.
En la zona superior de la urbanización, encontramos la zona con el club social, donde se organizan eventos, tanto fiestas de fin de año o navidad como fiestas infantiles. Al lado del club social, encontramos la sala de juntas, donde se reúnen los vecinos para tomar las decisiones. Encima, la zona deportiva. Allí podemos disfrutar de una pista de frontón, de tenis mesa, fútbol, básquet, tenis, y en construcción una pista del pádel. En un lateral, hay un parque infantil con columpios, tobogán y todo tipo de distracciones para los niños. Hay una fuente entre las pistas de los distintos deportes, y dos vestuarios, uno para hombres y otro para mujeres.